¿Cómo saber si le gustas?

Esas miraditas.
Su retina devora tu silueta, se te queda viendo como catatónico, pero no es una mirada perdida, sino intencionada que hasta te agujeró la cabeza. Miradas fijas e intensas, eso nos remite al primitivo principio de que cuando algo llama nuestra atención, los ojos están ahí antes que nuestra presencia. Si se te queda viendo, ya vas de gane, pues ya te descubrió y le inquietas, pero si nomás no pasa de los ojitos de “tuza a medio morir”, es que está inseguro de acercarse porque está en el proceso de analizar tu comunicación no verbal (tus movimientos, miradas, comportamiento, gestos, etc.) Mientras que tú crees más en lo que te pueda decir con choro, él cree más en tus gestos y movimientos. La cuestión aquí es que los hombres son menos digámosle…ingenuos en cuanto a la entrega de su corazón.

Hoy me trata como el pétalo de una rosa y al otro día, igual sólo que marchita.
Después de haber estado con él, podrías jurar que su historia será más romántica que el final de “Pretty Woman”, pues te hace sentir que él nació sólo para ti. Sin embargo, al día siguiente que esperas que te diga algún comentario tipo: “Fui tan feliz ayer a tu lado”, lo único que recibes es un maxipingüino, ¡zaz! Su actitud cortante te macheteó el corazón, apenas te gruñe si le hablas, pero ¿por qué? Porque para un hombre es muy difícil mostrar su interior cuando se deja llevar por la turbulencia de sus sentimientos, al poco rato se siente culpable o incómodo por haberlo hecho.
Ponte a pensar que por cuestiones evolucionistas, culturales y demás, el hombre debe asumir un rol de fortaleza para cuidar de su mujer, quiere que lo veas como el inconmovible que no se doblega ante ninguna niña, siendo que en el fondo, regalaría hasta a su abuelita con tal de que le dijeras que sí. Luego entonces, cualquier cosa que lo pueda desmitificar como el “jefe” es tan peligroso como cruzar el periférico a patita.

“Y nos dieron la una y las dos y las tres” ¿Nada de nada?
Aquí pasa al revés, porque ya recorrieron todo el calendario con citas y momentos súper y este chico parece tener una concha más gruesa que tortuga de carey. Puede ser que a su juicio no le hayas dado suficientes motivos o señales que le indiquen que él tiene acceso VIP a tu alma.
No obstante, no sientas que estás perdiendo el tiempo, porque lo estás conociendo. Mira, dicen los psicólogos que a veces aunque un individuo considere que ha roto el “Récord Guinness” con sus conquistas, a veces no logra conquistar o atraer a una persona, la causa es que los códigos de atracción entre una persona y otra son distintos. O puede ser que él quiere asegurarse de que la primera impresión que le causaste no era equivocada.
También recuerda que para potenciar el poder de seducción hay que aprender a expresar con el cuerpo, palabras y acciones lo que se quiere dar a entender al dueño de tus insomnios. No se trata de fabricarte un tono de voz parecido a una famosa locutora de radio, sino de autoconocimiento y autenticidad.
Por otro lado, cuando ni ellos tienen la certeza de la dimensión que quieren que tome su relación con nosotras, les aterra ver que una chica está más que clavada, enterrada en el pavimento por él, en tanto sabemos que cuando el amor se te sale de las manos puede ser igual de mortífero que el veneno en el ámbito emocional. Hay chicas que acaban en la “casa de la risa” porque jugaron matatena con su corazón. Pero no es el caso ¿verdad?
¡Alto!, No te desinfles, porque de que le gustas, le gustas, sólo que es cuestión de tiempo, madurez y estilo de ligue lo que hace que un chico te llegue mañana o pasado mañana. Lo que sí es cierto (y que me caiga un rayo si no), es que si “el señor házmela de emoción” (o sea él) quiere algo serio y formal, desplegará una artillería de caballerosidad, atenciones, galantería y protección para tu valiosa persona.
Ya lo dijo Shakespeare: “el amor no mira con los ojos sino con el espíritu”. Si te toma de la mano y, sin palabras, resuenan dentro de ti sus pensamientos, no sentirás ya la duda de si le gustas o no, estará más que confirmado.